RHODIOLA, UNA PLANTA ADAPTÓGENA

1947.
Guerra fría.
Entre los Estados Unidos y la Unión Soviética, la hostilidad es palpable.
Ambos bandos quieren vencer y extienden el conflicto a otros campos que el poder militar: competición deportista, conquista espacial, tecnología nuclear.
Cualquier victoria marca puntos de ideología.
La mejor prueba de superioridad: los avances científicos…
No, no se trata del guión de una película de espías. ¡Ningún agente secreto de tres cifras va a invadir estas páginas!
Es la maravillosa historia de un descubrimiento: las plantas adaptógenas.
Las propiedades tras el nombre


El científico soviético, Dr. Nikolai Lazarev, es quien descubrió e inventó el adjetivo.
En un principio, sus estudios abarcaban los estimulantes psicotrópicos (anfetaminas, cocaína). Rápidamente, no quedó satisfecho de los efectos obtenidos: breve euforia seguida de largos episodios depresivos.
Su objetivo era mejorar la salud y las aptitudes de los soldados rusos, ¡no empeorarlas!
Buscó otra forma de alcanzar su meta: con el ginseng.
Gracias a esta raíz, evidenció que algunas plantas podían ayudar al cuerpo a adaptarse a su entorno, como un promotor de salud.
Así lo definió él:
“El adaptógeno es una sustancia farmacológica capaz de inducir en un organismo, un estado de resistencia aumentada no específico, permitiendo equilibrar las señales de estrés y adaptarse a un esfuerzo excepcional.”
En 1969, su alumno Dr. Israel Brekhman, quien había proseguido su labor, definió las características de las sustancias adaptógenas a partir de tres factores relevantes:
no son tóxicas para el ser humano o el animal
incrementan la resistencia del organismo al estrés, sin acciones específicas
y regulan el sistema del organismo
Dicho en otras palabras, un adaptógeno es cualquier sustancia capaz de incrementar el triángulo de la salud:
Energía
Inteligencia biológica
Organización de cualquier sistema biofísico.
Tampoco es magia: el cuerpo necesita sus horas de sueño y una buena alimentación para recuperarse adecuadamente, pero el uso de plantas adaptógenas le ayuda en este proceso.
Algunas acciones fascinantes de las plantas adaptógenas:
- Mejoran los efectos adversos provocados por el estrés
- Incrementan la energía de las células del cuerpo
- Ayudan la eliminación de las toxinas
- Tienen un efecto anabólico
- Ayudan al cuerpo a utilizar más eficazmente el oxígeno
- Potencian la regulación apropiada de los ritmos biológicos
Esta idea de una sustancia casi inteligente ha gustado tanto que se ha atribuido a más plantas de las que realmente se lo merecían. De las 3700 clasificadas, sólo 11 resultaron ser reales adaptógenas.
Las plantas adaptógenas más famosas:
- El Ginseng asiático
- El Eleutero (o Ginseng Siberiano)
- El Ashwagandha (o Ginseng de la India)
- El Astrágalo (¡que no es Ginseng!)
- y nuestro querido Rhodiola Rosea.
Los beneficios históricos (regreso a la URSS)
Volvamos a nuestra historia inicial: la Historia con H mayúscula.
En cuanto se hizo patente el efecto positivo de las plantas adaptógenas, los soviéticos las usaron a saciedad.
Cabe destacar que durante décadas, los rusos y sus aliados se destacaron en el ámbito de los deportes y de las competencias internacionales de atletismo.
A finales de los años 70, el doctor Raimundo Torres Díaz, que fue discípulo del antes citado Dr. Brekhman, combinó los adaptógenos con los inmunoterápicos desarrollados en Cuba, tomando aquí la denominación de Inmunoterápicos-Adaptógenos-Cubanos (¡obviamente!).
Todos estos estudios, a veces con civiles de conejillos de India, eran secretos del estado ruso y solamente trabajaban en ellos sus científicos contratados.
Además de los atletas, los cosmonautas usaban los adaptógenos para obtener mayor resistencia, aumentos en la fuerza física, mejor concentración mental, mejor coordinación de reflejos y tiempos de reacción.
Con la caída del régimen comunista en 1991, muchos científicos soviéticos emigraron hacia Europa y Estados Unidos …
… Y el expediente adaptógeno se desveló.
La Rhodiola, planta adaptógena
Aquí no acaba ni la Historia, ni la investigación.
Sabemos que a pesar de lo descubierto, hay muchos beneficios por descubrir y estudios por realizar.
Las plantas adaptógenas siguen fascinando los científicos.
¿Y la Rhodiola?
Como hemos dicho anteriormente, pocas plantas pueden pretender al adjetivo adaptógeno.
Pero la rhodiola, ¡sin duda, se lo merece!
Cumple con todos los requisitos para tal definición : no es tóxica, refuerza el organismo frente al estrés y regula sus distintos sistemas.
Lo que decíamos … “La raíz de oro”, y por fin al alcance de todos.